Aprender a Cuidarme: Cuidadores de Personas Mayores con Dependencia.

En nuestra sociedad cada vez es mayor el número de personas de tercera edad debido al incremento de la esperanza de vida. Como consecuencia, se ha producido una mayor tasa de dependencia en este colectivo. Por tanto, vivir más años no significa siempre hacerlo en condiciones óptimas ya que suelen aparecer problemas físicos y/o cognitivos. Así pues, ante la falta de una autonomía plena en estas personas mayores surge la necesidad de ser provistos de ayuda por parte de otras personas. En la mayoría de los casos suele ser el entorno familiar el que se ocupa del cuidado de la persona mayor dependiente; generalmente es un miembro de la familia el que se encarga de dicha labor, el “cuidador principal”. No obstante, en algunos casos, la tarea y responsabilidad de cuidado se reparte entre varios miembros de la familia.

El cuidador dedica gran parte de su tiempo y esfuerzo en las labores de cuidado de su familiar con dependencia que, a menudo, desbordan sus posibilidades reales llegando a provocar efectos negativos en distintas áreas de su vida. En primer lugar, se produce un cambio de conducta debido al estrés y al desgaste tanto físico (cansancio, pérdida de apetito, abandono del autocuidado, problemas de sueño, etc.) como emocional (ansiedad, sentimientos de culpa, síntomas depresivos, desesperación, enfado e irritabilidad, etc.) que ocasiona la sobrecarga de las múltiples tareas de cuidado. En segundo lugar, las relaciones interpersonales se ven afectadas así como las actividades de ocio a causa de la disminución de su tiempo libre. Además, en algunos casos, podemos encontrar conflictos familiares derivados de las tareas de cuidado como: desacuerdos en las tomas de decisiones importantes, la aptitud en relación con el mayor dependiente, la planificación de turnos o rotaciones de cuidado, no prestar la suficiente atención al resto de familiares, cómo realizar la labor de cuidador, etc. Y por último, algunos cuidadores se ven obligados a renunciar su puesto de trabajo o a reducir su jornada laboral, dando lugar a una disminución de ingresos lo que implica problemas económicos. Por tanto, todo esto supone una fuente de estrés para los cuidadores que, normalmente, suelen ser los hijos/as de las personas mayores o el cónyuge. Es importante tener en cuenta la valoración e interpretación que los cuidadores hacen sobre la situación y de sus propias capacidades para dar respuesta y solución a los problemas que el cuidado le plantea, es decir, los recursos personales del propio cuidador, especialmente, sus estrategias de afrontamiento al estrés y el apoyo social del que dispone.

cuidador-de-personas-mayores-y-discapacitados-90605914_3A continuación se presenta una serie de RECOMENDACIONES que todo cuidador debe tener en cuenta con el fin de afrontar el estrés y mejorar su calidad de vida:

  • Atienda a su propia salud y bienestar: ¡Cuídese!
  • Vigile su descanso. Intente dormir entre 7-8 horas diarias.
  • Respete los horarios de comida y mantenga una dieta equilibrada.
  • Tenga un buen concepto de sí mismo, esto hará que aumente su autoestima. Fíjese en sus puntos fuertes y virtudes y valore sus logros. ¡Quiérase un poquito más!
  • Diseñe un plan de cuidados y distribuya el tiempo y esfuerzo en cada tarea.
  • Delegue y comparta responsabilidades de cuidado con el resto de la familia. Es aconsejable realizar un “planning”, plantilla o cuadrante entre todos los cuidadores indicando los días, horas y labores a desempeñar por cada uno. Es importante que todos estén de acuerdo con el plan.
  • Dedique un tiempo al día a realizar una actividad que le agrade sin remordimiento y disfrute de su tiempo libre. ¡Usted se lo merece!
  • Evite el aislamiento y la pérdida de contacto con su entorno familiar y social. Procure mantener el contacto aunque sea por teléfono o vía online.
  • Pida ayuda cuando la necesite a personas de su entorno sin esperar a que se la ofrezcan: sea consciente de sus capacidades y limitaciones.
  • Exprese abierta y adecuadamente sus sentimientos: ¡hiperventile sus emociones!
  • Aprenda a relajarse y actúe con paciencia ante situaciones estresantes.
  • Mantenga una actitud optimista y motivadora para evitar caer en la monotonía.
  • Evite los pensamientos negativos y cámbielos por otros más positivos, esto hará que cambie automáticamente de actitud y se sienta mejor.
  • Valore y reconozca el esfuerzo que está realizando, incluso prémiese por ello.
  • No se sienta culpable, usted hace lo que puede por su familiar. ¡No se exija demasiado!
  • Sea asertivo/a a la hora de comunicarse, de dar una opinión, de hacer una crítica, de rechazar una petición ante demandas excesivas o bien de pedir ayuda.
  • Cuando se sienta molesto/a o enfadado/a: tómese un tiempo para relajarse a solas, detenga el pensamiento que le suscita el enfado o bien piense en otras cosas que no sea la situación o actitudes que le han molestado. Pero no se sienta mal por sentirse así.
  • Afronte los problemas buscando la mejor solución. Para ello puede seguir los siguientes pasos:
    1. Identifique el problema y defínalo.
    2. Busque las causas: el origen del problema.
    3. Piense en todas las soluciones posibles: lluvia de ideas.
    4. Prevea las consecuencias (pros y contras) de cada solución y elija la más adecuada.
    5. Planifique la puesta en marcha de la decisión tomada: «cómo hacerlo».
    6. Ponga en práctica la solución seleccionada y planificada.
    7. Revise y valore los resultados obtenidos.
  • Infórmese acerca de las personas mayores dependientes y, concretamente, de los deterioros o enfermedad que presente su familiar. Esto ayuda a comprenderles y actuar de modo más apropiado evitando la sensación de frustración, impotencia, ira y/o culpabilidad.
  • Conozca y asesórese sobre los recursos existentes (personales, institucionales, materiales y económicos) a los que pueda acceder.

REGLA DE ORO: «No olvide lo importante que es que usted se CUIDE para poder CUIDAR mejor»

labrujuladel02

2 comentarios en “Aprender a Cuidarme: Cuidadores de Personas Mayores con Dependencia.

  1. mangelesgc dijo:

    Muy interesante, Lorena. Creo que cuando la figura del cuidador recae en una sola persona y el resto de la familia no lo valora es muy duro y s debe hacer mucho más difícil… También hay que concienciar a toda la familia

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    • ¡Gracias por el comentario! Estoy totalmente de acuerdo, la falta de valoración acerca de la labor que realiza una persona como cuidadora por parte del resto de familiares, acentúa el desgaste emocional y puede, incluso, dar lugar a conflictos familiares. Por ello, es importante que el rol de cuidador sea reconocido y valorado tanto por el propio cuidador así como por todos los miembros de la familia. Por desgracia, en muchas ocasiones, el cuidador no dispone del apoyo familiar ya que éstos ignoran el estrés y la sobrecarga de tareas que supone el cuidado de una persona mayor con dependencia. Por tanto, es realmente necesario concienciar a todas las personas que forman el entorno familiar del cuidador.

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